Cuando por fin, después de un día agotador te vas a descansar, piensas que tu perro no encuentra el sitio perfecto porque da vueltas y vueltas antes de dormir, araña y mulle la cama varias veces...Debes saber que esto solo forma parte de una especie de ritual antes de su descanso.
Se trata de otro comportamiento de nuestras mascotas extrañísimo para los humanos pero propia de la vida salvaje de sus ancestros. Intentan comprobar que no existe peligro alrededor del lugar en el que van a descansar, detectar cualquier animal que pudiera haber en su zona de descanso, como lo harían estando a la intemperie. Son miedos marcados genéticamente y lo realizan por su naturaleza.
Detectan la zona más o menos cálida del hogar
Es su forma de detectar la zona más o menos cálida para su descanso. Según la dirección del viento, se posicionan a favor de él si sienten calor o en contra si sienten frío. Las zonas cálidas y sin corrientes son sus favoritas.
Por lo tanto, el lugar perfecto para colocar la cama de tu perro es una zona tranquila, que no sea un lugar de paso ni que tenga mucho ruido. No les ayudaría a conciliar el sueño el estar constantemente en alerta.
A los perros les gusta estar cerca de su familia, por lo que situar la cama para perros cercana a ella también es recomendable. Les gusta sentirse acompañados.
Los gatos son animales más independientes a los que les gusta esconderse. Prefieren camas con diseños tipo nido o cueva que son lugares en los que se sienten refugiados. Sin embargo, a algunos gatitos les encanta estar cerca de su familia para obtener la tranquilidad que necesitan para conciliar el sueño.
Forma de marcar el territorio
También, dan vueltas antes de dormir para marcar el territorio como suyo, delimitando su espacio para el resto de la manada al dejar esparcido su olor en el lugar.
En definitiva, dan vueltecillas alrededor del lugar de su descanso acompañadas de unos movimientos con las patitas, mullendo o rascando la cama. Así, las hacen más cómodas y blanditas con el fin de adaptarlas a sus cuerpos y hacerlas más agradables para dormir. Son los rituales perruno y gatuno habituales.
Si se convierten en una conducta repetitiva y obsesiva sería conveniente consultarlo con el veterinario.